Eunuco obra de teatro

Terence

Eunuco (The Eunuch) es una comedia escrita por el dramaturgo romano del siglo II a.C. Terencio con una compleja trama de violación y reconciliación. Fue la obra de mayor éxito de Terencio en vida. Suetonio señala que la obra se representó dos veces en un solo día y que Terencio ganó 8.000 sestercios[1]. La obra es una traducción libre de otra escrita por Menandro en griego[2].

El prólogo es una apología de la obra de Terencio, que en aquella época estaba siendo atacado por sus escritos. Se cree que era miembro de un círculo de escritores y que su obra no era completamente suya. Afirma que

…no niega que en su Eunuco haya transportado personajes fuera del griego: pero… si no se permiten los mismos personajes, ¿cómo es más permisible representar a un criado en fuga, o hacer uso de buenas viejas, cortesanas malvadas, un parásito glotón, un soldado fanfarrón, un mutante, un anciano embaucado por un criado, o incluso el amor, el odio y la sospecha? En resumen, no se dice nada que no se haya dicho antes.

La mujer del campo

Hanson, E. (2011). Antonio y Cleopatra tiene un eunuco. En M. Menon, M. Barale, J. Goldberg, M. Moon & E. Sedgwick (Ed.), Shakesqueer: A Queer Companion to the Complete Works of Shakespeare (pp. 48-54). Nueva York, EE. UU.: Duke University Press. https://doi.org/10.1515/9780822393337-005

Hanson, E. 2011. Antony and Cleopatra Aught an Eunuch Has. En: Menon, M., Barale, M., Goldberg, J., Moon, M. y Sedgwick, E. ed. Shakesqueer: A Queer Companion to the Complete Works of Shakespeare. Nueva York, EE.UU.: Duke University Press, pp. 48-54. https://doi.org/10.1515/9780822393337-005

Hanson E. Antony and Cleopatra Aught an Eunuch Has. En: Menon M, Barale M, Goldberg J, Moon M, Sedgwick E (ed.) Shakesqueer: A Queer Companion to the Complete Works of Shakespeare. Nueva York, EE.UU.: Duke University Press; 2011. p.48-54. https://doi.org/10.1515/9780822393337-005

Terentius hecyra

Un eunuco es un hombre, generalmente un esclavo o sirviente, al que se le han extirpado intencionadamente los testículos para que pueda desempeñar alguna función específica. La palabra «eunuco» procede del griego antiguo y significa «guardián de alcoba», porque en los reinos antiguos en los que el gobernante mantenía un harén de mujeres para su placer sexual personal, los eunucos solían ser los guardianes, con la idea de que no tuvieran la tentación de molestar a sus protegidas.

Otro grupo de eunucos eran jóvenes que habían sido castrados antes de que les cambiara la voz, lo que les permitía cantar con una hermosa voz aguda incluso de adultos. Este es el tipo de eunuco al que se refiere Lisandro.

No sólo los déspotas de la Antigüedad castraban a los jóvenes para preservar sus voces agudas. En la Italia moderna, enloquecida por la ópera, algunos padres demasiado ambiciosos castraron a sus hijos con la esperanza de que eso les llevara a una exitosa carrera como cantantes. (Si tus padres te obligan a tomar clases de piano, piénsalo: podría ser peor). Esta práctica no se prohibió hasta 1861, y los últimos de estos castrati, como se les llamaba, siguieron grabando en el siglo XX.

Eunuco obra de teatro 2021

Los eunucos eran un rasgo común de las sociedades anteriores y de principios de la Edad Moderna que ahora se conoce mal. Aquí, Jane Hathaway ofrece un estudio en profundidad del jefe de los eunucos africanos que custodiaban el harén del Imperio Otomano. Se utiliza una amplia gama de fuentes primarias para analizar los orígenes del eunuco jefe en África Oriental y su papel político, económico y religioso desde el inicio de su cargo a finales del siglo XVI hasta el desmantelamiento del harén de palacio a principios del siglo XX. Hathaway destaca los orígenes de la institución y cómo se desarrolló el papel de los eunucos en África Oriental, además de explorar las conexiones del eunuco jefe con Egipto y Medina. Al trazar la evolución del cargo, vemos cómo las funciones del eunuco jefe cambiaron en respuesta a las transformaciones de la sociedad otomana, desde la crisis generalizada del siglo XVII hasta las reformas occidentalizadoras del siglo XIX.

Acostumbrados durante mucho tiempo a despreciar las intrigas palaciegas y a las personas que las tejían en el pasado, solemos preferir olvidar el enorme papel que desempeñan «las bambalinas del poder» en nuestra propia época. Ahora, el amplio y fascinante relato de Jane Hathaway muestra cómo los eunucos de África Oriental llegaron al palacio otomano y cómo sultanes y cortesanos los encumbraron o destruyeron por razones propias. Este estudio retrata a estos hombres como personas reales, tratando de hacerse un lugar en un mundo desconocido, al que no habían llegado por voluntad propia. Hathaway muestra cómo, mediante una hábil construcción de alianzas, la piedad y la caridad, estos hombres intentaron superar el oprobio que en la sociedad otomana (como en cualquier otra parte), se cernía sobre ellos como personas que no eran plenamente hombres y, sin embargo, tampoco mujeres».