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Tanto si eres aficionado a las artes escénicas como si no, te invitamos a visitar los teatros más importantes y emblemáticos de Barcelona. Te aseguramos que su historia, sus fachadas, salas y decoración no te dejarán indiferente. ¿Nos acompañas?
El Teatro Principal de Barcelona, antiguo Teatro de Santa Cruz, es uno de los teatros más antiguos de España, y el más antiguo de Barcelona. Inaugurado en 1603, se construyó en unos terrenos donados por el Hospital de Sant Pau con el objetivo de recaudar fondos para el centro sanitario.
Actualmente no hay funciones programadas, pero siempre puede acercarse a observar los medallones de terracota de personajes relacionados con el mundo del teatro que sobresalen de su fachada (1847).
También conocido como el Liceo, este teatro se fundó en 1847 y está considerado uno de los más importantes del mundo. Durante muchos años ha sido lugar de encuentro de la nobleza y la burguesía catalanas, siendo sede de múltiples representaciones de grandes obras de ópera, interpretadas por famosos cantantes.
Núria Scarp en el Teatre Principal de Barcelona
La transformación del Teatro Principal mantendrá la fachada y su carácter patrimonial y contará con seis salas con capacidad para unas 2.520 personas, que se comunicarán a través de un espacio interior que funcionará como pasaje abierto y que unirá la Rambla y la calle Lancaster.
El Teatro Principal ha sido un punto central en la vida de los barceloneses. Desde su inauguración, ha sido testigo y protagonista de muchos acontecimientos de la historia de la ciudad. De hecho, su fachada cambió el trazado de la Rambla en el siglo XVIII.
El Teatro Principal es un edificio situado al fondo de la Rambla de Barcelona, justo enfrente de la Plaza del Teatro, que lleva su nombre. También tiene fachada en el barrio del Raval, por las calles Arc del Teatre y Lancaster y por la plaza Anna Muriá.
En la segunda mitad del siglo XVI se construyó el primer Teatro. En el mismo lugar y tras sucesivos incendios y reformas, encontramos el conjunto actual, del que destaca la fachada de la Rambla del arquitecto Francesc Daniel Molina, construida en 1847 y, en su interior, cuatro piezas principales diferenciadas: el Teatro Principal propiamente dicho, reformado tras el incendio de 1933, el Teatro Latino, construido a principios del siglo XX, la Cúpula de Venus, construida en 1847 por el arquitecto Molina, y el frontón Jai-Alai, construido tras el incendio de 1915 por el arquitecto Adolf Florensa .
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El Teatre Principal (en catalán, o en castellano Teatro Principal) es el teatro más antiguo de Barcelona, fundado en 1579, construido entre 1597 y 1603 y reconstruido varias veces, principalmente en 1788 y de nuevo en 1848. Originalmente se llamaba Teatro de la Santa Cruz (o Teatre de la Santa Creu en catalán). Está situado en la famosa avenida de La Rambla.
El teatro se fundó por una donación de terrenos y casas en la Rambla de Barcelona, hecha por Joan Bosch a favor del Hospital de la Santa Cruz, entonces el más importante de la ciudad, para construir en él un teatro. Con los beneficios de las obras y espectáculos, el hospital podría sufragar parte de sus gastos. Para que estos beneficios fueran mayores, el teatro tendría el derecho exclusivo de albergar representaciones teatrales en la ciudad.
El 27 de octubre de 1787 el teatro sufrió un incendio que lo destruyó por completo. Reconstruido gracias a las donaciones de nobles como el marqués de Ciutadella y el conde del Asalto, el nuevo teatro, más suntuoso, fue inaugurado el 4 de noviembre de 1788.
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El Gran Teatre del Liceu se remonta a 1837, cuando a instancias de Manuel Gibert, un batallón de la Milicia Nacional formó en el monasterio en desuso de Montsió (actual Portal del Ángel) el núcleo institucional del futuro Teatre: una sociedad dramática de aficionados dedicados a las artes escénicas. El primer espectáculo se estrenó el 21 de agosto de 1837: El marido de mi mujer, de Ventura de la Vega, un número de baile y un sketch.
En 1838, los socios decidieron dar un paso más en el proyecto y añadir una orientación docente destinada a competir con el Conservatorio de Música y Declamación María Cristina de Madrid; así surgió el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés para promover la enseñanza del teatro y la música. Ese mismo año se obtuvo el permiso para añadir el nombre de la reina Isabel II: Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Isabel II. El Liceo estaba formado por sus accionistas, los contribuyentes o abonados a sus temporadas teatrales y sus alumnos académicos, que recibían su formación a cambio de ofrecer gratuitamente representaciones escénicas. En 1844, el socio de Joaquim de Gispert i d’Anglí recibió el encargo de buscar un nuevo emplazamiento para construir un edificio que albergara una cátedra y un teatro e idear la fórmula de financiación del proyecto. El espacio elegido fue el antiguo monasterio de los Trinitarios, en la Rambla. El edificio fue adquirido formalmente el 9 de junio de 1844 en condiciones financieras muy favorables para el Liceu.
