El método grönholm teatro opiniones

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Un fascinante entretenimiento de 2003 ideado por el dramaturgo catalán Jordi Galcerán Ferrer (y convertido en una premiada película española dos años después), esta chispeante adaptación inglesa de El método Gronholm explota un subgénero mutante del «whodunit» en la tradición de «Sleuth» o «Deathtrap»: ¿Quién hace qué a quién y por qué?

Cuatro aspirantes a un puesto de trabajo entran en una sala sellada para una entrevista colectiva «final» para un puesto ejecutivo de marketing en una empresa de la lista Fortune 500. Frank (Jonathan Cake) es un competidor feroz, un verdadero creyente en la crueldad empresarial. Rick (Stephen Spinella, ganador de varios premios Tony) parece más ratonero, pero esconde una sutil vena de manipulación magistral. Los más jóvenes Carl (Graham Hamilton) y Melanie (Lesli Margherita) son compañeros de un MBA, que hace tiempo que no están en contacto, pero que son agresivos y astutos. Juntos deben participar en múltiples juegos con oscuras motivaciones, empezando por intentar adivinar quién de ellos es la planta de «Relaciones humanas». Cualquiera puede abandonar en cualquier momento, pero perdería el trabajo.

Futurice

Que levante la mano quien ame una entrevista de trabajo. No creo que sea la actividad preferida de mucha gente. Pero si hay algo más angustioso que enfrentarse cara a cara con un posible empleador, tal vez sea tener que esperar en la recepción con los demás candidatos preseleccionados y saber que lo que ocurre allí es lo que decide.

En la hábil comedia costumbrista del dramaturgo catalán Jordi Galcerán de 2003, trasladada aquí a la suite de un rascacielos de una empresa de la lista Fortune 500 en Nueva York, cuatro desconocidos son arrojados juntos como conejillos de indias en un laboratorio. ¿Cómo van a interactuar? Los estímulos se introducen en forma de instrucciones escritas -entregadas a través de un «buzón» que sobresale brevemente- que impulsan a los aparentes aspirantes al modo de supervivencia.

Digo «aparente» porque todo el mundo mantiene la guardia alta y se sugiere desde el principio que uno de los participantes es una planta de recursos humanos. Es una receta para intensificar la paranoia; si la presión es excesiva, cualquier candidato puede marcharse, pero entonces estará fuera de la carrera. Observamos desde la barrera, pero nos vemos envueltos en el juego de las adivinanzas, preguntándonos a quién creer y cómo nos iría a nosotros mismos.

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La obra se desarrolla en una sala de la undécima planta de las oficinas de la empresa y en la primera prueba se revela que uno de los aspirantes es un topo de RRHH y los aspirantes tienen que decidir de cuál de ellos se trata.

La imagen (arriba) hace referencia a otro juego en el que cada aspirante debe elegir un sombrero y argumentar por qué su personaje (un luchador, un payaso, un obispo y un político) debe ser el que utilice el único paracaídas para salvarse de un avión que se estrella.

La obra trata de la ridiculez del uso de los tests psicológicos en la contratación y es muy divertida: pasó la prueba de las seis risas muy rápidamente y su forma resultará familiar a cualquiera que se haya sometido a una entrevista de trabajo que tome un rumbo desconocido.

Está bien interpretada y la última vez que vimos a Pitt-Pulford en este mismo lugar a finales del año pasado en Barnum, Gordon Sinclair es quizás más conocido por la película de los 80 Gregory’s Girl mientras que McHugh fue muy divertido en la comedia de Channel 4 Fresh Meat.

El Metodo -The Method (subt Engl)

Sigue a cuatro personas atrapadas en una sala de juntas, todas ellas luchando por el mismo puesto de trabajo. La traducción de Anne García-Romero y Mark St Germain hace que el escenario neoyorquino resulte totalmente verosímil, con un lenguaje de gestión anodino mezclado con historias de fantasía sobre sus vidas en casa. Y un sólido reparto hace picadillo todos los retos que la historia de Galcerán les plantea. John Gordon Sinclair interpreta a Rick, un paleto fanfarrón con el bolsillo lleno de Tic Tacs. El psicópata mercurial de Jonathan Cake, Frank, está dispuesto a comérselo para desayunar. Greg McHugh es Carl, un graduado de la Ivy League con cara rosada que hace una inesperada petición de aceptación. Y entre los hombres está Laura Pitt-Pulford como Melanie, la única mujer que es muy consciente de ello y que lucha constantemente por mantener su férrea fachada.