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El teatro romano de Mérida

Durante los meses de julio y agosto se celebrará en esta histórica localidad de la provincia de Badajoz una nueva edición del prestigioso Festival de Teatro Clásico de Mérida, dedicado al teatro, y aunque el núcleo fundamental de los textos es de origen grecolatino, el festival también está abierto a las artes dramáticas en general e incluye actuaciones musicales y un ciclo de cine. Uno de los principales atractivos del evento es su impresionante escenario: el teatro romano que data de finales del siglo I a.C., y que hoy ha sido restaurado para cumplir su función original como sede de este festival.

Templo de venus y roma

Si Mérida es conocida como un lugar lleno de cultura romana, hay que hacer una mención especial al Anfiteatro Romano.Creo que es sin duda el lugar más bonito de la ciudad por muchas razones. En primer lugar, es simplemente magnífico. Es enorme desde todos los ángulos. Una de las mejores partes de la visita es que puedes pisar las antiguas gradas y tomar asiento. Es importante tener en cuenta que estamos hablando de un lugar todavía vivo donde se siguen representando obras de teatro. Por ejemplo, cuando estuve allí, había folletos de un próximo concierto de Isabel Pantoja.Pero lo más especial del lugar es que se ha conservado de forma absolutamente espléndida. Es decir, vamos. Dicen que es del año 16 d.C. Cuesta creerlo viendo el gran estado en que se conserva.

El Teatro de Mérida es el «Príncipe de los monumentos eméritos» según Menédez Pidal, arquitecto que dirigió su reconstrucción en 1964. Las excavaciones comenzaron en 1910. El teatro contaba con un graderío con capacidad para 6.000 espectadores. El graderío está (y estaba) dividido en tres secciones, separadas por pequeños muros, en respeto a las antiguas diferencias de clase.Aunque todos los que han asistido al Festival de Teatro de Mérida saben que la acústica es mejor en los asientos más altos. Gracias al festival que se celebra cada año desde 1933, es el único edificio que ha podido cumplir su función original después de la restauración. El escenario es simplemente increíble, decorado con estatuas de la diosa Ceres, Plutón y Proserpina.

Teatro romano de mérida entradas

Las representaciones del festival se celebran anualmente durante los meses de julio y agosto en el Teatro Romano de Mérida, considerado uno de los edificios del mundo que mejor representa las sólidas y armoniosas formas de la arquitectura romana en tiempos del emperador Augusto. Además, es el teatro en funcionamiento más antiguo del mundo.

El Festival comenzó en 1933 con la puesta en escena de «Medea» de Séneca, adaptada por Miguel de Unamuno y protagonizada por la actriz Margarita Xirgu. Tras otra edición en 1934, como consecuencia de la tensión política existente en España, se suspendería durante 19 años, hasta 1953, cuando se recuperó con la representación de «Fedra» por una compañía de teatro universitario.

En 1954 volvió el teatro profesional a Mérida con la puesta en escena de «Edipo» de Sófocles interpretado por Francisco Rabal, y desde entonces se ha celebrado todos los años, siendo su escenario bimilenario el que ha acogido las representaciones de las principales obras del teatro clásico grecorromano.

Las ediciones 58, 59, 60, 61, 62, 63 y 64 han conseguido recuperar al público local y se ha consolidado la afluencia de espectadores del resto de España, convirtiendo este evento en uno de los tres acontecimientos culturales de verano más importantes y de mayor repercusión, según los medios de comunicación nacionales.

Maison carrée

Durante los últimos cinco años se ha celebrado un evento paralelo al Festival de Teatro Clásico de Mérida, en el que la cena y el teatro se entremezclan. Una cena romana, junto con la representación de una obra de teatro, se desarrollan ante los ojos de los espectadores, que, al mismo tiempo, se convierten en compañeros de mesa. Originalmente, este evento estaba pensado para celebrarse en un pórtico romano (pórtico de foro), pero como la capacidad del lugar era limitada, los organizadores lo trasladaron a un amplio espacio abierto de un hotel de la ciudad.

El año pasado, este evento se tituló Sequoreme, de la frase latina «sígueme», una referencia a las inscripciones escritas en las sandalias de las prostitutas, en la época romana, para que los posibles clientes pudieran distinguirlas. Consistía en la obra de teatro La suegra, de Terencio, y una cena cuyo menú se inspiraba en el libro de cocina De re coquinaria, de Apicio. Este evento único es una mezcla de espectáculo en vivo y consumo de comida, es decir, dos artes: el arte del teatro y el arte culinario que, en nuestros tiempos, suelen permanecer separados.